El linfedema es la acumulación de líquido rico en proteínas en una extremidad debido a una sobrecarga del sistema linfático.
Después de una operación que suponga riesgo de desarrollar un linfedema, el paciente debe acostumbrarse a realizar en su casa un drenaje linfático manual, con ejercicios sencillos. También debe evitar las temperaturas elevadas, no tomar mucho el sol, y evitar que le pinchen en la extremidad afectada, como, por ejemplo, si va a realizarse una analítica. Otros consejos son: Evitar el esfuerzo excesivo, hidratar la piel correctamente, colocarse un manguito compresivo cuando se viaje en avión, evitar el uso de prendas apretadas,...
Es importante también estar atentos a síntomas como el enrrojecimiento de la piel o el endurecimiento de la extremidad, ante lo que debe acudirse al médico de inmediato.
Si a pesar de todas las precauciones el edema se desarrolla es necesario empezar un tratamiento intensivo de fisioterapia, que exige llevar en todo momento un vendaje compresivo multicapa, para evitar que el miembro aumente de tamaño, previa realización de un drenaje linfático manual por parte del fisioterapeuta. Posteriormente debe mantenerse controlado con un manguito y con sesiones de mantenimiento.
La intervención del fisioterapeuta ayuda a reducir los efectos secundarios de la cirugía (y sus posteriores tratamientos) y la alteración estrcutural linfática de la zona tumoral que cursa con aumento de volumen de la parte del cuerpo afectada.
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