Plataforma vibratoria

Las vibraciones corporales globales producen un desequilibrio en nuestro cuerpo que genera respuestas musculares reflejas estimulando reacciones que ayudan a mejorar nuestro equilibrio, ganar fuerza muscular y mejorar el rendimiento en actividades cotidianes (como caminar, subir escaleras o cuestas) y en actividades deportivas más exigentes.

Este estímulo vibratorio provoca contracciones musculares al ritmo de la frecuencia de oscilación de la plataforma. Un ritmo que ningún tipo de actividad física puede alcanzar. La tracción que los tendones generan sobre el hueso sobre el que se insertan favorece la actividad osteogénica, luchando así contra la osteoporosis. La circulación de los miembros inferiores se estimula considerablemente, siendo un buen complemento a tratamientos contra piernas cansadas, o anticelulíticos. Incluso para colaborar con tratamientos antilipolíticos.

La frecuencia de sesiones semanales oscila entre 2 o 3 sesiones y el tiempo de trabajo no supera los 10-15 minutos. Esto la hace muy atractiva porque no nos roba demasiado tiempo en nuestras ocupadas vidas.

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